lunes, 28 de abril de 2014

¿A qué tienes miedo?

Esas reacciones no creo que sean ni normales ni lógicas. Dicen que el amor no lo es. Pero yo nunca te he pedido amor, ni se me ha pasado por la cabeza hacerlo, sólo cariño. Son cosas muy diferentes.
No se a que tienes miedo. A sentir más, a no sentir nada. A volver hacia atrás, a seguir hacia adelate. Me gusta y me disgusta al mismo tiempo que esto se haya convertido en algo tan complicado y retorcido. Debería ser despreocupado y natural, sin forzar, sin medir, sin tener miedo.
No se puede perder lo que no se tiene. Entonces, ¿por qué quedarse dudando cuando se podría estar sintiendo? Vuelvo y repito que no hablo de amor. Ni siquiera se de que hablo, y sinceramente, no me importa. Siempre he pensado que no hay que ponerle nombre a lo que se siente, ni etiqueta a todo ni a todos. Así que mi pregunta es ¿por que perder el tiempo en juegos preliminares, cuando se podría estar jugando de verdad, desde dentro, pero a la vez sin estarlo? Cuando se podría estar creando un mundo donde guarecernos de nuestras vidas, de nuestras rutinas. Sin máscaras. Sin formalidades. Sin mantener la compostura. Un mundo a ratos sólo para nosotros.



Lo único que siempre he pedido y pediré es vivir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario