Y últimamente lo único en lo que puedo pensar es en ti. En todo lo que me estoy perdiendo de tu vida. En toda la gente que te ofrece buenos momentos y que no son yo.
Siento que tengo miedo de todo: De que vuelvas a mi vida y de que no vuelvas. De que aprendas a vivir sin mí y de que no lo hagas. De que te olvides de mi y de que no lo hagas. Tengo miedo de perderte y de no recuperarte más. De que todo lo que vivimos se quede en un recuerdo.
Pero de lo que no voy a tener más miedo es de darlo todo por lo que quiero conseguir. A pesar de si lo consigo o no, sabré que me habré dejado la piel, que lo habré dado todo, que lo dejé todo por el camino. Y que después iré buscando una por una todas las partes de mí que dejé por el camino, las uniré y aunque no creo que vuelva a ser quién solía ser, ni si seré mejor, lo que sí sé es que seré mas fuerte.
Porque vale más tener cicatrices por valiente, que la piel intacta por cobarde.